Es lo que somos.
Jesús nos recuerda que el ser que somos es el Cristo, el hijo único de Dios durante 2000 años.
Quiere que lo abracemos como nuestro igual y por lo tanto utiliza el término hijo de Dios para todos nosotros como el único ser, deja claro que no estamos excluidos de esta designación, se presenta a sí mismo como no diferente de cualquiera de nosotros.
En cambio nosotros pensamos que somos hijos de Dios que creemos que la vida está en el cuerpo y que estamos separados de nuestra fuente y por lo tanto somos diferentes a él.
Creemos que hay algo fundamentalmente incompleto e imperfecto en nosotros por lo que nos pasamos la vida intentando arreglarnos y mejorarnos y pensamos que cuando lleguemos a un estado de iluminación recién ahí habremos alcanzado el estado definitivo de autosuperación.
Es decir, nos hemos puesto un objetivo más, una exigencia mayor, que no funcionará, porque Jesús nos recuerda que no tenemos que hacer nada porque todo está dentro nuestro.
Entonces, qué hacer
No tenemos que cambiar el mundo sino tenemos cambiar de mentalidad acerca de él.
El trabajo tiene que estar en cambiar nuestra mente sobre las reacciones que tenemos ante cualquier circunstancia que nos toque atravesar hoy, tenemos que cambiar de mentalidad sobre cualquier reacción negativa que tengamos, sobre las palabras que utilizamos.
Lo importante es darnos cuenta que no somos lo que creemos que somos, sino somos tal como Dios nos creó.
El punto de inflexión para muchos de nosotros en este camino es cuando nuestra vida parece perder el rumbo.
Puede ser una depresión, un divorcio, una infidelidad, un accidente, la pérdida de un ser querido, el despido de un trabajo, una enfermedad, o una pérdida económica.
En ese momento es posible que pensemos que la vida es injusta con nosotros, sin embargo este tipo de situaciones puedan servir para motivarnos a encontrar otro camino.
Puede que nos demos cuenta que con nuestra mente llegamos hasta acá y con esa misma mente no lo vamos a poder solucionar.
Nos damos cuenta que no es tratando de controlarlo todo como se solucionará, sino yendo a nuestro interior donde nos podemos unir a la voluntad de Dios o conciencia universal es como llegaremos a conocer el verdadero ser que somos.
Es permitir que la luz que mora en mí se irradie sobre el mundo todo el tiempo.
Es permitir que el amor y la luz de lo que soy se irradie a través de nuestro.
No es algo que tengamos que hacer, es lo que somos.
No es necesario hacer nada para convertirnos en lo que ya somos.
Tenemos que prestar atención a nuestros sentimientos, pensamientos y creencias, dedicándole tiempo al silencio, a la contemplación de la verdad y a contemplar el mundo que Jesús quiere que vea y no el que yo construí, para experimentar el amor que somos.
Que tengas un muy Feliz Día!!!